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miércoles, 24 de octubre de 2012

Mario Conde: ¿Masón durmiente o activo? (637)

Masonería, Religión y Política
Manuel Guerra Gómez
Editorial Sekotia
(24/9/2012)

Transcripción literal de lo que aparece sobre Mario Conde en el libro "Masonería, religión y política" (pp. 208-211), cuyo autor es Manuel Guerra Gómez, nacido en Villamartín de Sotoscueva (Burgos), doctor en Filología Clásica (Salamanca) y en Teología Patrística (Roma), Consultor del Secretariado de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, Profesor emérito de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos. Ha escrito entre otros libros y publicaciones la "Historia de las Religiones" y "Diccionario enciclopédico de las Sectas".

4.4. ¿Mario Conde, masón durmiente o todavía activo?

Mario Conde puede ser considerado un caso paradigmático. En su obra "Los días de gloria" (Martínez Roca, Madrid 2010, 116-118) reconoce que Marcel Collet, un ejecutivo belga del sector financiero, en una de las multinacionales de farmacia, mientras cenaban en Bruselas y hablaban de esoterismo, le formuló la propuesta: "¿Te gustaría ingresar en la masonería?".

Iniciado en la logia Concordia del Gran Oriente Español (Madrid, noviembre 1980), consiguió el grado de Maestro (3º) en ocho meses (julio 1981). En 1982 la logia Concordia pasó a depender de la GLE (Gran Logia de España). A finales de ese año, Conde es su Venerable Maestro o presidente (octubre 1984). Diputado Gran Orador de la GLE. Financió "logias de investigación" o dedicadas al estudio de la masonería y del esoterismo. En 1986 miembros destacados de la GLE le proponen ser su Gran Maestro o presidente supremo.

¿Por qué ingresó Conde en la masonería?. ¿Por ambición, convencido de que así triunfaría más rápido y fácilmente en el extranjero?. Hay motivos para pensar que así fue, uno de los cinco Grandes Maestros acusó a Conde de instrumentalizar "las amistades conseguidas en la sociedad (masónica) para irse colocando en ámbitos financieros", cf. Jorge Blaschke-Santiago Río (ambos masones)  "La verdadera historia de los masones" (Planeta 2006, 220-221.

Luis Herrero ha sido el primero en escribir e interpretar la cuestión en "Conde, el ángel caído" (Temas de hoy 1994). Juan Abelló rechazó la iniciación en la masonería por motivos de conciencia católica, pero le parecía normal que lo hiciera Mario si quería triunfar en el ámbito internacional. Pocas semanas más tarde Mario era masón. La versión de Conde mismo en el lugar citado difiere algo. Descarta su propia ambición e iniciativa. Al regresar de Bruselas, informó a Juan Abelló, quién, al día siguiente, le habría dicho: "He estado pensando en eso que me comentaste sobre la masonería. A mí, claro, no me pega, pero a ti sí(...). Y como a tí te pega, quizá no estaría mal que entraras. Así cubrimos más flancos". 

Santiago Río (o.c.p. 220), amigo de Mario y partícipe de su gran interés por el esoterismo, afirma categóricamente: "Mario Conde ingresó en la Gran Logia de España porque el talante de ésta, por encima de todo, es iniciático. No necesitaba para nada la masonería para llevar adelante sus negocios en Italia". ¿Por qué no los dos motivos?.

Beneficiado o no de la masonería, quiso ser su benefactor. Para ello, junto con el marqués de Northampton, el primer gran dignatario de la masonería inglesa, tras el duque de Kent (su presidente supremo actual) y de Giuliano Di Bernardo (invitado a su investidura de Doctor Honoris Causa en la Universidad Complutense) de la Gran Logia de Italia con la cual rompió para constituir la Gran Logia Regular de Italia, creó una fundación con sede en Suiza "para trabajar en bien de las religiones, de la masonería y del Vaticano" a fin de "unificar las religiones monoteistas para tener una sola voz en el diálogo  con el mundo islámico" (cf.J.Blaschke-Santiago Río,o.c.222).

En noviembre de 1987, Mario Conde ya había solicitado la "plancha de quite" o paso a estado de "durmiente". El 11/1/1994, Luis Salat, Gran Maestro de la GLE, anunció publicamente que Conde sería irradiado si era condenado por el tribunal (caso Banesto), pero la amenaza de Luis Salat no se hizo efectiva nunca o, al menos, no hay comprobante de ello. 

Así lo reconoció Josep Corominas, Gran Maestro de la GLE, cuando en 2005 comunicó a su Gran Asamblea que "no existía el decreto de irradiación de Mario Conde y, por tanto, se mantenía su condición de dormido" o desvinculado de las actividades masónicas, algo así como no excomulgado o fuera de la iglesia, creyente pero no practicante. Corominas añadió: "¡Si solicita la vuelta a la Gran Logia de España, el tema se estudiaría...". Los más de 300 masones-altos cargos-, participantes en la Gran Asamblea, lo aprobaron por unanimidad.

¿Pero, Mario Conde ha retornado a las prácticas masónicas dentro y fuera de las logias?. Aunque no lo hubiera hecho, la marca masónica señala su actividad y escritos. Mario Conde merece admiración por su personalidad y por la superación casi estoica de la urdimbre tan enmarañada, persistente y penosa de su proceso judicial y de sus estancias en la cárcel, la traición de amigos, etc. Casi se comprende que, como el mismo reconoce en su obra "Memorias de un preso" (Planeta 2009), cayera en el dualismo teologal, convencido de que era zarandeado por el Principio del Mal. Y todo, tras haber saboreado los "días de gloria" y del poder personal (atracción, seguridad, audacia, capacidad de liderazgo), profesional (brillante abogado del Estado), económico (venta de los laboratorios Abelló S.A. por 60.000 millones de pesetas), financiero (presidencia del Banco Español de Crédito) y académico (doctorado honorífico en la Universidad Complutense (9/6/1993) con asistencia de los Reyes y de todas las personalidades, el halago de los poderes financieros, políticos y mediáticos. El entonces rector de la Complutense solicitó ingresar en la Gran Logia de España (1992-1993), pero desistió porque no era admitido por razones que no hacen al caso. 

Recuérdese la campaña para lanzar a Conde al liderazgo real de la política española (algunos han metido en esta urdimbre a Eduardo Punset, cf. Manuel Ayllón (masón) "Historias de masones" (Belacqua, 2001, 287-404). Punset, además de masón, podría ser considerado uno de los actuales representantes del movimiento "Nuevos Escépticos", cf. M.Guerra "Historia de las Religiones" (B.A.C 2010, 382-383), ya en sustitución de Aznar (sin carisma personal y entonces al parecer sin opción de ganar las elecciones), ya en su partido intermedio entre el PSOE y el PP, dos modos para que la masonería se adueñara definitivamente de la política y gobierno de España, objetivo tal vez realizado ya por otros vericuetos. 

Mario Conde ha negado varias veces su deseo de intervenir directamente en la política. Sea así o no, lo cierto es que no pudo realizarlo, y quizás precisamente por eso, o sea, por el influjo de los amenazados de ser suplantados, como Mario cree y sugiere. Mario cayó el día de los Inocentes, aparte de por sus errores, porque la banca masónica J.P.Morgan (fiducidiario de los Rothschild para EE.UU.) le retiró su respaldo y porque los directivos políticos del PP y del PSOE vieron en él a un rival muy peligroso. A última hora, el mismo día 28/12/1993 buscó el apoyo de su amigo, Alfredo Pastor Bodmer, entonces secretario de Estado de Economía por intercesión de Conde mismo, uno de los economistas más sólidos del IESE, iniciado en la logia Europa nº 19 de la Gran Logia Simbólica de España en 1989, si bien pronto pasó a la logia Europa nº 42 de la Gran Logia de España y abandonó la masonería en 1990. Pero Mario experimentó la desolada soledad de no oir ni su voz.

Por otra parte, realiza un encuentro y acuerdo secreto de la masonería y la iglesia católica, algo no demostrado e inadmisible: "Seguramente la verdad residía en que el encuentro entre masonería e iglesia católica es un dato cierto, oculto, pero cierto. Conocido por los iniciados e ignorado por los profanos. Mi encuentro con el papa (Juan Pablo II) eliminó cualquier brizna de duda y me situó en la más absoluta certeza" (o.c. 565). 

La temática de la editorial Nous ("Mente, Razón" en griego,idolatrada por el racionalismo masónico), propiedad (en proporción más o menos mayoritaria) de Mario Conde, es predominantemente esotérica y masónica (por ejemplo son masones autores de los libros de esta editorial en la "colección Al GADU"(Gran Arquitecto del Universo): Antonio Palomp-Lamarca, Jorge Delgado-Ureña Velasco, León Zeldis ("fundador de varias logias, desempeñó distintos cargos en la Gran Logia de Israel y en el Supremo Consejo del grado 33º del Rito Escoces Antiguo y Aceptado, donde llegó a se elegido Soberano Gran Comendador"), etc, citados en este libro. 

Alguien del ámbito masónico me ha afirmado que Conde ha asistido últimamente a reuniones de logias masónicas fuera de España. Ha dado conferencias en la logia cartagenera en 2011, pero puede haberlas impartido como la dada en la inauguración del seminario de una diócesis gallega, invitado por su obispo. En fin, en una entrevista radiofónica invitaba a los jóvenes a ingresar en la masonería por su finalidad filantrópica, etc. No se entiende cómo puede afirmarse: "la incompatibilidad entre los católicos y la masonería, un mito" (entrevista en el programa: "Las preguntas de Saenz de Buruaga").

A juzgar por lo que escribe en su libro "Los días de gloria", su pensamiento "religioso" no es cristiano, sino masónico. La creencia en la Transcendencia, en el Ser trascendente, que él comparte, puede ser compatible con el Gran Arquitecto del Universo. Una norma masónica es la marginación de lo cristiano y de Jesucristo, silenciando incluso su nombre. En su libro Conde no menciona ni una vez a Jesucristo, Cristo o Jesús de Nazaret. Además, durante su estancia en Israel (M.Conde "Los días de gloria",744-745), se entrevista con personajes, pronuncia alguna conferencia, visita el Muro de las Lamentaciones (judaismo), pero nada dice de los lugares cristianos (Santo Sepulcro, Getsemaní, Nazaret, etc.). Ni los nombra.
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